“Moriré luchando antes de ver la paz”
Tu Gaw es la confirmación de que las apariencias engañan. A sus 80 años, los achaques de esa edad lastran sus movimientos, muy limitados también por una silla de ruedas que se atora en cada bache del cuartel guerrillero en el que vive, y sorbe su té negro con gestos de aparente fragilidad. Pero sus palabras son balas tan certeras como las que aguardan en el cargador del fusil de asalto M-16 que sujeta con firmeza. “Hemos sellado un alto al fuego con el Gobierno, pero no tengo ninguna esperanza en el proceso de paz. Porque el derecho a la autodeterminación y la creación de un Estado federal todavía provocan urticaria a los líderes birmanos”, dispara.
"Mi mujer me recrimina que luche por mi pueblo y no por mi familia"
Tu Gaw, literalmente “estrella matutina”, es coronel del Ejército de Liberación Nacional Karen (KNLA en sus siglas en inglés) y el combatiente más anciano de este grupo étnico armado. Se alistó con 16 años, meses después de que su país se declarase independiente. “Los británicos se marcharon sin cumplir su promesa de darnos la libertad, a pesar de que habíamos combatido a los japoneses codo con codo. Los colonizadores fueron reemplazados por soldados birmanos que arrasaban poblados enteros, empalaban a los niños, y violaban a nuestras mujeres. Teníamos que defendernos”, explica.
Actualmente, Myanmar reconoce 134 grupos étnicos, entre los que existe una veintena de grupos armados que sobreviven gracias a los recursos naturales de las zonas que controlan, como la venta de piedras preciosas, y el narcotráfico. En total, se estima que unos 100.000 guerrilleros combaten al ejecutivo que lidera Thein Sein. El KLNA, uno de los grupos más nutridos, asegura a este periodista que cuenta con 5.000 efectivos. Incluido, claro, Tu Gaw.
El coronel recuerda con gesto de dolor el mes de diciembre de 1949. “Los paracaidistas birmanos estaban por todas partes, y el Ejército tenía tanques. A nosotros nos faltaba la munición y pensamos en la retirada. Pero decidimos luchar. Nos escondíamos en agujeros y utilizábamos cuchillos. Resistimos cinco días desde que se nos agotaron las balas”. En aquel momento el KNLA exigía la independencia para el Estado karen, ubicado en el centro-este del país y fronterizo con Tailandia. Ahora se conforma con la reescritura de la Constitución de 2008, aprobada por la Junta Militar que ha gobernado el país durante casi medio siglo, de forma que garantice un federalismo real.
“Nuestra única esperanza es que Aung San Suu Kyi —la hija del fundador de la patria, Aung San, y símbolo de la lucha por la libertad— gane las elecciones el año que viene, porque su madre también era de la etnia karen”, algo que es un hecho disputado.“Recientemente hablé por teléfono con mi mujer, que hace años emigró a EE UU, y me volvió a recriminar que luche por mi pueblo y no por mi familia. Le contesté que, como líder, tengo una responsabilidad. Y que hice una promesa al entrar en el KNLA. Creo que la cumpliré, que moriré luchando antes de ver la paz en Birmania”.
Artículo de Zigor Aldama para El País (12-01-2014)