"Colabora Birmania nos necesita a todos" por Carmen Figueiras
Desde el primer día que elegí como destino Tailandia tenía muy claro un punto en mi itinerario: Colabora Birmania, una ONG en Mae Sot.
Que cuatro personas dejen su cómoda vida en España e inviertan todos sus ahorros, a fondo perdido, para ayudar a los demás bien se merece una visita.
Miles de birmanos cruzan despavoridos hacia Tailandia y uno de los puntos más cercanos es Mae Sot. Ahí se encuentran con el cupo de los campos de refugiados al completo y no les queda más opción que ser ilegales. Es decir, trabajar esclavizados, en los campos de cultivo sin ganar lo suficiente para mantener a a sus hijos ni cuidarlos. A estos niños se les roba la infancia, tienen que trabajar para poder comer, o son vendidos a las redes de prostitución o tráfico de órganos.
Gracias a este tipo de ONG son escolarizados lo que comporta recibir educación, una comida al día y un carnet que les mantiene a salvo de las mafias. En definitiva se les permite disfrutar de su niñez! Y yo he tenido el privilegio de verlos en sus escuelas, aprendiendo, jugando, corriendo, saltando, disfrutando de cada instante y algo en común en todos ellos "su eterna sonrisa".
La Chiken School tienen a los pequeños hasta los seis años. No puedo evitar hacer comparaciones y más siendo maestra de infantil pero en este caso no son odiosas. Al contrario, me encanta la distribución de las aulas,como los niños trabajan, el espacio de juego y sobre todo que para lo pequeños que son tienen un grafismo buenisimo y escriben con lápiz normal, nada de gruesos, y sin necesidad de ponerles el nombre para que no lo pierdan. El uso de las gomas totalmente autónomo y sin malgastarlas. Alucinante!!!
En la escuela Km42 acogen a 400 alumnos, sería como nuestra primaria. Es enorme y cuenta con dormitorios femeninos y masculinos así como también se dividen por sexos los tendederos. La ropa de mujer y hombre no puede colocarse junta. Ni usar los mismos lavabos. Me encanta ver corretear a los niños de aquí para alla con sus mochilas colgando, no se desprenden de ellas ni un segundo. Y como les gusta verse en las fotos.
Felicidad en estado puro y duro es lo que he visto y vivido durante mi visita. Lástima de los tantos otros que campan por ahí viviendo como adultos cuando no les corresponde. Y son muchos más de los que creemos. Por desgracia no es una película es una realidad. Vivimos en una burbuja y no estamos dispuestos a romperla. Mientras yo esté bien a los demás que les den. Esa es nuestra mentalidad, la de los que nos vanagloriamos de pertenecer a los llamados países desarrollados. Y de vez en cuando para acallar nuestra conciencia colaboramos con alguna aportación económica o dando cosas que ya no necesitamos. Seamos generosos, no demos las sobras, compartamos de verdad! De corazón! Colabora Birmania nos necesita a todos, cuantos más seamos más niños podrán tener la infancia que algunos se empeñan en robarles. Compartir es vivir!!!