Arkar, un ejemplo de lucha constante
Arkar llegó al orfanato Safe House con tan solo un año. Su madre lo abandonó tras darse cuenta de que no podía hacerse cargo de él y menos con los problemas de salud con los que Arkar llegó a este mundo. Su vida fue una constante y feroz lucha por la supervivencia. Sietemesino, su cuerpecito no tuvo tiempo de desarrollarse bien, sus pulmones eran demasiado pequeños y el resto de sus órganos tampoco habían crecido como los de un niño normal. Además sufría una hidrocefalia que lo llevó al quirófano en varias ocasiones, terminando con un tubo insertado en su cabeza para drenar el líquido que iba almacenando en una bolsita que debía llevar siempre consigo. Tras 5 años de lucha, su corazoncito, agotado, decidió pararse, demasiado esfuerzo para un corazón tan pequeño.
La vida de Arkar nos deja recuerdos y sentimientos que ya jamás olvidaremos. Esta personita, a pesar de su corta edad, nos ha dado mil lecciones de superación, de lucha, de cariño y de amor.
Su muerte nos deja un vacío difícil de describir y nos da un motivo más para seguir aquí, trabajando por los invisibles, los que no tienen a nadie, los que no le importan a nadie.
Gracias, Arkar, por darnos una lección de lucha.
