"Nos quedamos con una mezcla de sensaciones", por Arcadi y Anna
Al llegar a la guardería Chicken School, los niños mayores están aprendiendo matemáticas, otros repasan los nombres de los animales en birmano y inglés y los más pequeños salen a jugar al patio de recreo con sus columpios, que los han construído los alumnos de un centro de formación que también Colabora Birmania les ayuda de manera puntual.
Hablamos con los 4 profesores y nos explican que con tan solo 5 años han duplicado el número de niños y han podido ampliar la infraestructura. Después de jugar un rato con los más pequeños, todos los niños se reunen y hacen 5 minutos de meditación antes de comer.
Cuando empiezan a comer nos vamos a la escuela del Km 42, al llegar casi 400 niños de 2 a 12 años están en la hora de patio después de comer. Colabora Birmania con otra ONG local asumen todos los gastos del mantenimiento del colegio.
Nos quedamos con una mezcla de sensaciones, por una parte es una sensación amarga después de conocer la situación en Birmania, el régimen genocida que somete violentamente las diferentes culturas del país y obliga a emigrar personas que lo han perdido todo. Pero por otro lado, una sensación dulce de haber conocido los niños y las niñas disfrutando de una mejor calidad de vida gracias a proyectos como los de Colabora Birmania