"La relación que tenemos con el entorno determina en muchos sentidos nuestra calidad de vida" por Jo
Nuestro paso por Colabora Birmania nos ha dejado una impronta con forma de sonrisa. Ha sido una gran experiencia, que ha ido más allá de lo que en un principio podíamos imaginar, y que se ha convertido en la guinda del pastel de un viaje de tres meses por tierras tailandesas que nos ha revitalizado tanto por dentro como por fuera.
Llegamos a Mae Sot con un buen puñado de expectativas en la solapa y algunos temores en los bolsillos. Teníamos la intención de realizar un taller de sensibilización ambiental para los niños birmanos de la escuela Km 42, gestionada por Colabora Birmania. Nuestra idea era introducir la conservación del medio ambiente en el proyecto socioeducativo de la escuela. Para nosotros, es esencial considerar el medio ambiente en el currículo escolar ya que la relación que tenemos con el entorno determina en muchos sentidos nuestra calidad de vida así como la de las otras especies. Este propósito, en apariencia sencillo, lo vivimos en un principio como todo un reto, ya que estos niños tienen unas experiencias vitales y una manera de ver el mundo muy diferentes a las nuestras. Los temores se acabaron disipando como nubes entre las montañas cuando realizamos el primer contacto con el equipo de la escuela.
Marc nos abrió la puerta de Colabora y Rebeca nos acompañó hasta la cocina de Km 42 donde pudimos cocinar nuestro plato de sensibilización ambiental. Con su apoyo todo fue muy fácil y tanto el equipo de profesores como los alumnos se implicaron con cuerpo y alma en el taller. La respuesta de los niños y niñas fue magnífica y no dejaron en ningún momento de enseñarnos que, aunque pueda haber una limitación de idioma o de cosmovisión, las fronteras sólo existen en la cabeza de cada persona. Desde el respeto, la sensibilidad y la humildad, diferentes culturas pueden darse la mano. Y con los niños esto se vuelve más fácil, ya que son ellos los que destilan el saber y el hacer más auténtico de un pueblo.
No queremos terminar estas líneas sin dar las gracias a Colabora Birmania, y en especial a Marc y Rebeca, por habernos abierto su casa de par en par, y a Aung Myo Swe y Pyae Sone por su ayuda y predisposición.
Nos volvemos a casa con la sonrisa de Colabora Birmania dibujada en la cara.
